sábado, 26 de septiembre de 2009

Federico García Lorca: Encuentro de tradiciones

Por Maritza Requena

Considerando que España tiene un pasado árabe y musulmán se puede establecer un vínculo retrospectivo entre lo español y lo árabe, vínculo que Lorca desarrolla en su algunos de sus poemas y también en algunas conferencias a través de la configuración de Andalucía como espacio mítico. Precisamente, ese mismo espacio es el que los poetas árabes contemporáneos –como Adonis[i] o Nizzar Kabbani[ii]‒ tienden a evocar.

Adonis, al igual que Lorca, concibe a al-Andalus como un espacio simbólico, en su caso recurre a este espacio y tiempo remotos para contrastarlo con la situación del mundo árabe actual, desintegrado y en crisis tras los acontecimientos de la creación del Estado de Israel y la derrota en la Guerra de los Seis Días. Justamente así lo plantea en su último libro Éste es mi nombre (2006), para Adonis el problema de la desintegración del mundo árabe se remonta a la época de los Reinos de Taifas, territorios independientes en los cuales quedó dividido al-Andalus tras la caída del califato de Córdoba, tal como lo manifiesta en Prólogo a la historia de los Reyes de Taifas dedicado al representante y líder del panarabismo: “Salud a Gamal Abdel-Náser, primer dirigente árabe moderno que se ha esforzado en acabar con la época de los reyes de taifas para inaugurar una nueva era.” Por su parte, Kabbani en “El último andalusí” comparte con Lorca el tratamiento de la temática andalusí como memoria histórica común entre árabes y españoles, en la que al-Andalus aparece en su doble dimensión: real objetiva y simbólica.

La obra poética de Federico García Lorca (1898-1936) realiza un rescate, por un lado, de lo romano o latino y, por otro, de lo árabe, lo cual tiene podría tener su origen en la diversidad cultural que conforma la identidad española. España es una tierra de culturas superpuestas, es el resultado de la mezcla de dos culturas: la árabe-islámica y la latina, cuna de la civilización occidental. Asimismo lo entiende García Lorca en su conferencia “Arquitectura del cante jondo”:

“Lo mismo que en la siguiriya y sus hijas se encuentran los elementos más viejos de Oriente, aunque mucho más ricos y complejos y de más calidad artística, lo mismo en muchos poemas que emplea el cante jondo se nota la afinidad con los cantos orientales más antiguos.
Verdad es que en el aire de Córdoba y Granada quedan gestos y líneas de Arabia remota, como es evidente que en el turbio palimpsesto del Albaicín surgen rasgos de extrañas ciudades perdidas en la arena.
Los mismos temas del sacrificio, del amor sin fin y el vino aparecen expresados con el mismo espíritu en raros poetas asiáticos. Claro es que esto puede ser influencia de nuestros poetas árabes y de la gran cultura arábigo-andaluza que pone su huella sobre toda la vieja cultura oriental y en el alma de todo el norte de África. Muchas de las gacelas de Hafiz, poeta nacional de Persia, son equivalentes a muchas de nuestras coplas más populares, como equivalen a toda la poesía madrigalesca de las escuelas árabes de Granada y Córdoba.” (Poesía completa II 41)

Sobre el tema del patrimonio del pasado árabe e islámico de España el arabista, catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid y reciente doctor honoris causa por la de Granada, Pedro Martínez Montávez en su artículo “¿Dónde ponemos al-Andalus?” señala lo siguiente:

“A partir de esa realidad indiscutible de la unidad y diversidad de España me permito, pues, plantear la pregunta que hasta ahora no nos hemos planteado cuando de Al Andalus, la Hispania árabe islámica, se trata, o no la hemos expuesto todavía con la claridad, la precisión y la rotundidad necesarias. Es ésta: ¿forma parte Al Andalus de la posible identidad colectiva española, o no forma parte de ella? Y seguidamente: ¿cuáles son los componentes, los datos, los argumentos que sustentan con plena garantía las respuestas correspondientes a tal pregunta, sean afirmativas o negativas?”

También en una entrevista Martínez Montávez se refiere a este tema, afirmando que “debemos concebir a Al-Andalus como un objeto común con los árabes”:

“-¿Se asimila la historia de Al-Andalus como perteneciente a la española o todavía no es muy considerado el pasado islámico?

-Creo que es una vieja polémica. En este país siempre hemos pasado de la morofobia a la mayor morofilia. Desgraciadamente, el español es extremista. No hay planteamientos racionales y seguimos instalados en la visceralidad. Hay múltiples libros de una gran carga documental y erudita, pero bien leídos y con la ayuda de la semántica interpretativa tienen un gran mensaje ideológico. Hay unos autores, de esos que escriben quince libros al año, que consideran que Al-Andalus no formó parte de nuestro pasado, cuando, nos guste o no, forma parte de nosotros y es parte de nuestra historia, manera de ser y cultura. Hay que hacer interpretaciones racionales de todo esto. Debemos concebir Al-Andalus como un objeto común con los árabes, y hay que compartirlo con ellos. Esto hay que verlo como una cuestión intelectual y no como forma de confrontación política. Nunca se ha celebrado una aproximación intelectual a Al-Andalus, un gran congreso donde fuera analizado como un objeto intelectual. También debemos aceptar que Al-Andalus es un objeto terminado en el tiempo, pero no en el imaginario árabe, y ahí vive y mucho, y cada vez más, y ese Al-Andalus aún no está estudiado.”

Considerando que los árabes se asentaron por ocho siglos en España (desde el 711 con la llegada de tribus bereberes guiadas por Tariq hasta la expulsión en 1492) y que dejaron un importantísimo legado tanto lingüístico como literario, no cabe duda que al-Andalus forma parte de la identidad hispánica. En Lorca, como en el ser español, se entrecruzan la tradición oriental y la occidental, así su fascinación por Granada y la condición mítica que le otorga a Andalucía manifiestan la estrecha relación que el poeta mantenía con lo árabe, representando, a su vez, un rasgo esencial de la identidad española en términos de los arabistas españoles contemporáneos. En efecto, en Romancero gitano dedica tres romances a cada uno de los núcleos andalusíes: Sevilla (“San Gabriel”), Córdoba (“San Rafael”) y Granada (“San Miguel”), ciudades representativas de la presencia arábigo-islámica en la península y donde se sitúan los poemas del cante jondo, al sur del Guadalquivir.

Lorca consigue realizar un profundo desentrañamiento de la compleja identidad española, reuniendo varios aspectos: el regionalismo, que se expresa en su exaltación de Andalucía y que se puede identificar en libros como Romancero gitano y Poema del cante jondo; el nacionalismo, entendido a partir de la definición de lo español en su conferencia “Ensayo o poema sobre el toro en España” ‒donde el poeta analiza una de las tradiciones más importantes de España‒, y también en las constantes alusiones a la fuerte religiosidad católica del pueblo español; la asimilación de otras culturas que conforman la identidad española, como la judía, gallega, vasca, catalana, en Seis poemas galegos, por ejemplo. Por otro lado, Lorca es mediterráneo y asimismo se abre hacia el cosmopolitismo con Poeta en Nueva York, donde denuncia los vicios de la modernidad y destaca valores universales como el amor.

Sobre el desarrollo del tema andaluz, Miguel García Posada en “La Andalucía lorquiana” ‒que sirve de prólogo al segundo volumen de Poesía completa‒ considera que:

“García Lorca ha sido el máximo intérprete poético de Andalucía (...)
La superioridad de la Andalucía lorquiana sobre las otras (la de Manuel Machado, por ejemplo) reside en su condición mítica, arquetípica, “lucha y drama del veneno de Oriente del andaluz con la geometría y el equilibrio que impone lo romano, lo bético”, según reza la conferencia del cante jondo. Como todo mito este espacio es transhistórico (...)
Este espacio mítico es romano –así la Córdoba del Romancero, la dignidad estoica del Amargo, la “Roma andaluza” que vería en la Sevilla de Ignacio–, sin que falten la nota mora (el “arcángel aljamiado”, “San Rafael”), ni judía (la Andalucía del romance de Thamar y Amnón, Judea andaluza como levantina es la Judea de Gabriel Miró).” (Poesía completa II 9-10)

De esta manera, se ha advertido que en su obra se funden, lo popular o folclórico (lo andaluz y gallego), lo antiguo o la tradición y lo nuevo o vanguardista, lo español y lo universal, pero no se ha destacado la confluencia entre lo latino y lo árabe e islámico. Al respecto resulta valioso analizar el “Ensayo o poema del toro en España”, donde Lorca advierte que uno de los rasgos esenciales de lo español es la tauromaquia, incluso, el autor señala que el país en el mapa tiene la forma de la piel de un toro extendida. Sobre el lugar en el cual se desarrolla la tradicional corrida de toros, actividad típicamente española, García Lorca plantea lo siguiente:

“La Fortis salmantina, torre de Salamanca que se asoma al espejo del Tormes, y la Giralda de Sevilla, enjaezada como una mula de feria, torre que se mira en el Guadalquivir, son los dos minaretes bajo los cuales se desarrolla la afición al toro de los españoles. (...)
Alrededor de estas dos torres insignes, teología la salmantina y canto la sevillana, se desarrolla en drama vivo esta apetencia, esta gana de toro de que os hablo (...) Entre las campanas de la torre salmantina, empapadas de cultura universitaria renacentista, y las campanas de Sevilla, plateadas de oriente medieval, hay un rosario de pechos heridos (...)” (Poesía completa II 186-187)



A partir de este texto se puede interpretar que lo propiamente español, representado por la afición al toro, se constituye como tal en medio de la tradición occidental y la oriental, cuyos símbolos respectivos son la Catedral vieja de Salamanca ‒construida entre los siglos XII y XIV, en estilo románico y gótico‒ y la Giralda de Sevilla, que corresponde al antiguo alminar de la mezquita almohade en el siglo XII, sobre la que se construyó la Catedral de Santa María. Esta torre está compuesta por varios cuerpos y es en sí misma una muestra de la confluencia de culturas existentes en la península Ibérica. Así Lorca se hace cargo de la memoria histórica española.


Una de las características de la poesía de García Lorca es la reactualización de la tradición literaria clásica, es decir, la recuperación de ciertos modelos que son adaptados con una visión propia. A esto habría que agregar la influencia de la tradición arábigo-andaluza y la tradición árabe clásica. Desde este punto de vista quisiera proponer que la obra poética lorquiana manifiesta el cruce entre Oriente y Occidente.

Así como la península Ibérica mantiene una filiación con la cultura árabe-islámica, el mundo árabe siente a al-Andalus como parte de su historia, por eso los poetas árabes contemporáneos, como Adonis y Nizar Kabbani, recurren a ella como motivo estético. Sobre la visión de al-Andalus en la poesía árabe contemporánea Martínez Montávez comenta en su artículo “Sobre realidad y símbolo de al-Andalus:

“Vengo estudiando y analizando, desde hace tiempo la presencia que alcanzan, y las funciones que cumplen, algunos motivos andalusíes en la literatura árabe contemporánea, hasta constituirse ya en auténticos tópicos, sin que en principio esta denominación esté empleada por mí con ninguna intención devaluadora o peyorativa. El tema me resulta ya relativamente conocido, y esa asiduidad en el trato me lleva a pensar que, esquemáticamente, el literato árabe actual recrea el motivo andalusí adaptándolo a dos propósitos o intenciones esenciales: o toma al-Andalus como ejemplo de grandeza y de orgullo nacional, de esplendor incomparable, y surge entonces la visión exultante y gozosa, o es, por el contrario, ejemplo de miseria y de vergüenza también nacional, reflejo asimismo incomparable de los más oscuros vicios colectivos, de las más ruines y destructivas pasiones, y surge entonces la visión afligida y dolorosa. Jamás será al-Andalus un motivo neutro; constituirá siempre, tanto en lo positivo como en lo negativo, tanto para la gloria como para la miseria, un formidable acicate emocional. (…) A lo largo de esos dos, vectores principales va discurriendo la dimensión simbólica y ejemplar de lo andalusí. Es evidente además, como he dicho, que se tratará casi siempre de manifestaciones profundamente cargadas de toques o connotaciones emocionales, y eso es asimismo lo que en sustancia las caracteriza y define.”

Para el mundo árabe al-Andalus representa un pasado glorioso, de gran esplendor, además adquiere una doble dimensión de realidad y símbolo que ha sido explorada por los poetas árabes contemporáneos y que también se despliega en la poesía de García Lorca. Por otro lado, el dolor por la pérdida de al-Andalus es una idea muy desarrollada por la poesía árabe contemporánea y representa un paraíso perdido, una posibilidad de escapar de la crisis y de la desesperanza en la que se encuentra el mundo árabe, así escritores comprometidos con la ideología panarabista, como Adonis y Kabbani, son los que con mayor fuerza han insistido en la relación simbólica entre al-Andalus y el mundo árabe contemporáneo.

García Lorca viene a ser, en el ámbito de la poesía española contemporánea, el punto de conexión entre la cultura árabe y España, tanto hacia atrás, es decir, en un pasado primitivo, como hacia adelante, es decir, en el presente, al hacer patente que la historia de al-Andalus es compartida entre españoles y árabes.

En la poesía de García Lorca se advierte la fusión entre lo oriental y lo occidental, entre la tradición árabe-islámica y la tradición latina y cristiana, así su poesía muestra la diversidad del pueblo español, alentando la concepción de una España hispanoárabe que tanto defienden los arabistas españoles actuales. En la obra de García Lorca Andalucía se configura como un tiempo y un lugar fundacional, mientras que, en el caso de los poetas árabes Adonis y Kabbani, representa un espacio ideal o una edad dorada, sin embargo, en todos ellos adquiere un carácter mítico. Esta relación define una identidad cultural común entre árabes y españoles, identidad que resulta evidente para el mundo árabe, pero que provoca controversia entre los habitantes de la península ibérica.


Fuentes citadas

Adonis: Prólogo a la historia de los Reyes de Taifas. En: Éste es mi nombre. Madrid: Alianza, 2006. Traducción del árabe, prólogo y notas de Federico Arbós.

García Lorca, Federico: Poesía completa I, II y III. Barcelona: Debolsillo, 2004. Edición y prólogo de Miguel García Posada.

Entrevista a Pedro Martínez Montávez en Ideal Digital, 16 de mayo de 2006.
http://www.ideal.es/granada/pg060516/prensa/noticias/Vivir/200605/16/ALM-SOC-041.html

Martínez Montávez, Pedro: “Sobre realidad y símbolo de al-Andalus.” Centro de Estudios Moriscos de Andalucía, 31 de julio del 2008.
http://www.alyamiah.com/cema/modules.php?name=News&file=article&sid=262

______________________: ¿Dónde ponemos al-Andalus?” Boletín electrónico Nº76, Julio 2008. http://www.islamyal-andalus.org/control/noticia.php?id=1224

­______________________: “Al-Andalus y Nizzar Kabbani: la tragedia.” Centro de Estudios Moriscos de Andalucía, 20 de mayo del 2008.
http://www.alyamiah.com/cema/modules.php?name=News&file=article&sid=525

[i] Seudónimo de Ali Ahmad Said (1930), quien además de poeta, es crítico literario, ensayista, traductor y dibujante. Nació en Siria el año 1930, pero en 1962 obtuvo la nacionalidad libanesa. En 1956 fundó en Beirut la revista Shír (Poesía). De su labor de crítica e investigación literaria destacan sus libros dedicados a la revisión de la tradición literaria árabe Antología de la poesía árabe, 3 vols. (1964), Introducción a la poesía árabe (1971) y Poesía y poética árabes (1997). Ha publicado varios libros de poemas, entre los que se encuentran: Primeros poemas (1957), Canciones de Mihyar el de Damasco (1961), Libro de las huidas y mudanzas por los climas del día y la noche (1965), Epitafio para Nueva York (1971) y Éste es mi nombre (2006). Desde hace algunos años es considerado como uno de los candidatos a obtener el Premio Nobel de Literatura.

[ii] Nizar Kabbani (Damasco, 1923 - Londres, 1998) es uno de los máximos exponentes de la corriente del verso libre que a partir de 1947 contribuye a la renovación de la poesía árabe en cuanto abandona la qasida clásica. Estudia Derecho en Damasco y en 1945 ingresa al cuerpo diplomático, fue embajador de su país en El Cairo, Ankara, Londres, Pekín y Madrid. En 1944 publica su primer libro Me dijo la morena. Sus obras más importantes son: Apuntes en el cuaderno de la nueva derrota (1967), escrito tras la derrota árabe en la Guerra de los Seis Días, hecho que marca un antes y un después en su carrera. (Dicho poema realiza una profunda autocrítica a los árabes sobre las causas que habrían llevado a la crisis del mundo árabe. Kabbani, hasta entonces poeta netamente amoroso, empieza a hacer una literatura más política.) Mi historia con la poesía (1971), de carácter autobiográfico; Diario de una ciudad que se llamaba Beirut (1978), homenaje a la ciudad devastada por la guerra del Líbano; ¿Qué es la poesía? (1981) y Poemas árabes de amor (1993). La experiencia del poeta y diplomático sirio Nizar Kabbani con al-Andalus se inicia con su viaje a España en 1955. El arabista español Pedro Martínez Montávez examina el desarrollo de la temática andalusí en Kabbani en su artículo “Al-Andalus y Nizzar Kabbani: la tragedia.”

1 comentario: